Un equipo internacional, liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha realizado simulaciones de química relacionada con el clima para evaluar el impacto de las emisiones oceánicas de compuestos halogenados (yodo, bromo y cloro) sobre el metano de la atmósfera, el segundo gas que más contribuye al calentamiento global del planeta tras el dióxido de carbono (CO2).