Algunos bromeaban en los previos al comienzo, mientras la gente se saludaba o se reconocía ante la sede de UGT, diciendo que aquello iba a parecerse a un encuentro de twitteros, blogueros y facebookers. Una broma inteligente, de aquellas que el propio que la emite sabe, con la complicidad de los que asienten, que no es verdad; que se está diciendo para no hacerse demasiadas ilusiones y quitarle importancia a lo que ya se estaba viendo que la iba a tener… y mucha.