
Tal día como hoy… 3 de agosto del año 338 aC tenía lugar la batalla de Queronea
El 3 de agosto del año 338 aC tenía lugar en Grecia la batalla de Queronea. Se enfrentaron el ejército macedonio del rey Filipo II y una coalición de polis griegas lideradas por Atenas y Tebas. La victoria de los macedonios puso a toda Grecia bajo su dominio.
CV / La estructura política de la Grecia Clásica estaba constituida por polis independientes –ciudades estado- que acostumbraban a guerrear entre ellas. En algunas ocasiones se habían unido contra un enemigo común. Legendariamente, los griegos habían luchado juntos contra los troyanos en los tiempos míticos. En la práctica, se habían unido contra los invasores persas en la Segunda Guerra Médica (480-479aC), tras la cual se inició el llamado «Siglo de Pericles», que fue el periodo más brillante de la cultura griega, con Atenas como ciudad hegemónica, en rivalidad con Esparta. En realidad no fue un siglo, sino muchísimo menos.
La estructura política de la Grecia Clásica estaba constituida por polis independientes –ciudades estado- que acostumbraban a guerrear entre ellas
En el 431 aC, cerca de medio siglo después, estalló la Guerra del Peloponeso, que enfrentó a Atenas con Esparta, involucrando al resto de ciudades griegas como aliadas de uno u otro bando. El conflicto concluyó 27 años después, en el 404 aC, con la victoria espartana, que pasó a ser la ciudad griega hegemónica. En Atenas fueron los tiempos de la muerte de Sócrates.
La hegemonía espartana no consiguió asentarse con la solidez anterior de la ateniense, su dominio se hizo bastante odioso y se vio pronto amenazada por el auge de una nueva ciudad beocia, Tebas, que hasta entonces había ejercido un papel más o menos marginal, pero que iba cada vez a más. En el 371aC los espartanos, tenidos hasta entonces por invencibles, fueron derrotados en Leuctra por los tebanos. Nueve años después, eran derrotados de nuevo y Tebas se constituyó en la nueva ciudad dominante de Grecia.
Pero al igual que la hegemonía espartana había sido más débil que la ateniense, la tebana fue también menor que la espartana. Las principales ciudades griegas -Atenas, Esparta, Tebas, Corinto, Argos…- entraron a partir de entonces en una espiral de guerras continuas, con bandos continuamente cambiantes, que empobrecieron a Grecia y la convirtieron en una sombra de lo que había sido en el siglo anterior. Todo esto fue aprovechado por el soberano de un reino bárbaro, pero helenizado, que limitaba con Grecia por el norte: Macedonia. Su rey, Filipo II, empezó a intervenir en los asuntos, arbitrando a favor de unos u otros, convirtiéndose en el auténtico dueño de la situación.
Filipo II, empezó a intervenir en los asuntos, arbitrando a favor de unos u otros, convirtiéndose en el auténtico dueño de la situación
Algunos entendieron que Filipo II proyectaba poner bajo su dominio a toda Grecia. Fue el caso de Demóstenes, acaso la última expresión de la Grecia Clásica. Era un político y abogado ateniense. De acuerdo con el concepto político propio de los griegos de la época, Demóstenes no iba más allá de la polis como estructura política. En realidad, tampoco fueron más allá, antes, Platón, ni, después, Aristóteles. Demóstenes ha pasado a la historia como un gran orador. Vio desde un primer momento el peligro que Filipo II representaba para la independencia política de las polis griegas y puso todo su empeño en combatirle. Con los discursos de sus «Filípicas», alegatos contra Filipo II, consiguió, gracias a su gran capacidad retórica, galvanizar a los atenienses, que convencieron a los tebanos para establecer una alianza contra Macedonia. El resultado fue la batalla de Queronea.

En Queronea, situada cerca de Tebas, se enfrentaron unos 30.000 hoplitas y 10.000 jinetes macedonios contra 35.000 hoplitas y 2.000 jinetes de la coalición entre Atenas, Tebas y otras ciudades menores aliadas. En infantería, los hoplitas macedonios habían copiados las tácticas de la falange tebana, y la situación estaba más o menos equilibrada. Pero los griegos nunca se habían caracterizado por el uso de la caballería, siendo la macedonia muy superior, tanto en número como en adiestramiento. La caballería macedonia estaba al mando del joven hijo de Filipo II, Alejandro –el futuro Alejandro Magno-, de 18 años de edad por entonces. Su intervención fue decisiva y los griegos fueron aplastados.
Tebas se rindió y Filipo se limitó a exiliar a los gobernantes del partido antimacedónico. En Atenas ni siquiera esto
Tras la batalla, nada podía impedir que Filipo II se adentrara con su ejército hacia el corazón de Grecia. Ciudades como Atenas y Corinto empezaron a reforzar a toda prisa sus murallas ante la perspectiva de un asedio. Pero Filipo II no tenía ninguna intención de destruir a las ciudades griegas. Todo lo contrario; las quería como aliadas para sus proyectos de invadir el Imperio persa. Tebas se rindió y Filipo se limitó a exiliar a los gobernantes del partido antimacedónico. En Atenas ni siquiera esto. Y para acabar con las guerras entre ciudades, creó la Liga de Corinto, que agrupó bajo su égida a todas las ciudades griegas, excepto Esparta, que se autoexcluyó.
Al morir Filipo al año siguiente, su hijo Alejandro tomó el relevo.