Don Rodrigo: ¿el último rey visigodo?

Entre los frescos de Qusair Amra (actual Jordania) está una representación de seis reyes que se rinden al califa omeya, identificados con sus nombres escritos en caracteres griegos y árabes. Uno de ellos es "Roderic". / Wikimedia

El 1 de marzo del año 710, los nobles visigodos elegían como rey en Toledo a Roderico I, más conocido luego como Don Rodrigo. Su reinado fue breve. Algo menos de un año y medio después, en julio del 711, era derrotado y muerto en la batalla de Guadalete por el ejército árabe invasor de Tarik, con lo cual habría concluido la etapa visigoda en España. Aunque no es este un extremo que esté tan claro.

 

CV / Los reyes visigodos, y la correspondiente etapa de la historia que abarca a grandes trazos los siglos VI y VII, no gozan de muy buena prensa. En parte por la leyenda urbana de su memorización en las escuelas franquistas y la instrumentalización que la dictadura hizo de ella; en parte también por las grandes lagunas históricas que presenta; y no menos por el decreciente interés por la historia. Ambas cosas son solo parcialmente ciertas. Porque lo cierto es que el interés por los visigodos no comienza con el franquismo, sino con el liberalismo romántico español del siglo XIX. Por otro lado, es cierto que se sabe más bien poco y que hay muchas lagunas, pero también que solo con lo que se sabe, habría para unas cuantas temporadas de un ‘Juego de Tronos’ hispano en el cual, en muchos casos, la realidad superaría a la ficción. En cualquier caso, volvamos a nuestro Don Rodrigo.

De acuerdo con una leyenda muy extendida, Rodrigo habría violado a una dama de la corte, Florinda -La Cava- hija del conde Don Julián y gobernador de Septem –actual Ceuta- En venganza, este habría abierto las puertas de la ciudad a los árabes

Según las crónicas oficiales, la albeldense (883) y la de Alfonso III de León (en torno al 900), Roderico habría sucedido a Witiza, elegido en Toledo por los nobles rivales del linaje de este. De acuerdo con una leyenda muy extendida, Rodrigo habría violado a una dama de la corte, Florinda -La Cava- hija del conde Don Julián y gobernador de Septem –actual Ceuta-. En venganza, este habría abierto las puertas de la ciudad a los árabes, facilitándoles el paso del Estrecho hacia la Península. A su vez, el historiador Sánchez Albornoz nos dice que Don Rodrigo se encontraba en el norte combatiendo a los vascones cuando llegaron las noticias del desembarco árabe, y que tuvo que dirigirse precipitadamente al sur, sin tiempo para prepararse debidamente, siendo derrotado y muerto en la batalla de Guadalete –cerca de la laguna de Janda, en Cádiz-, marcando el fin del reino visigodo, del cual habría sido Rodrigo su último rey.

Igualmente se alude a la traición que propició su derrota y muerte. El bando rival, los witizianos, se habría conchabado con los árabes y en el momento crucial de la batalla sus huestes habrían cambiado de bando, decidiendo la victoria árabe. Sobre su muerte, como en tantas otras ocasiones en casos así, corrieron leyendas según las cuales seguía vivo. José Zorrilla recogió esta tradición en ‘El puñal’ del godo, con Don Rodrigo refugiado en una ermita lusitana y ajustando definitivamente sus cuentas pendientes con el felón Don Julián. Mientras tanto, su supuesto primo Don Pelayo iniciaba la resistencia en Asturias… Historia y leyenda sincréticamente mezcladas. Casi dos siglos después, Alfonso de León ordenó escribir sus crónicas, que abarcaban desde el reinado del Wamba (672-680) hasta él mismo, entroncando su propio reino con la legitimidad visigoda y como su continuidad.

Don Rodrigo, rey de los Visigodos (Museo del Prado, Madrid) / Wikimedia

Hasta aquí la crónica oficial. Pero, más allá su veracidad y del vacío documental de que adolece esta época –las primeras crónicas mozárabes datan de unos ochenta años después-, lo cierto es que hay otras crónicas, avaladas por hallazgos numismáticos, que recogen una tradición bastante diferente y que diverge de la anterior.

Es la que procede de las crónicas francas, y de la Continuatio Codicis C Parisini[1]. A la muerte de Witiza en el 710, los partidarios de este rey habrían nombrado a otro monarca en Narbona –la segunda capital del reino-, Agila II. Este habría combatido a los árabes y probablemente muerto en combate en Zaragoza. Su sucesor, Ardón, cayó finalmente ante los árabes en el 720, siendo ocupada Narbona y desapareciendo definitivamente la monarquía visigoda. Hay hallazgos de monedas con la efigie de Agila II acuñadas en las cecas de Zaragoza, Tarragona, Barcelona, Gerona y Narbona. Es decir, sin duda existió y fue considerado rey. Por otro lado, de Rodrigo hay apenas dos o tres monedas halladas, procedentes de la ceca de Mérida. Algo hubo sin duda.

Lo que parece claro es que había una guerra civil con dos reyes en disputa. Agila II se habría instalado en la Septimania y la Tarraconense –como un tercio del reino- y Rodrigo en el resto de la Península. Tras la derrota de Rodrigo en Guadalete y la caída de Toledo con un efímero rey Oppas, los «rodriguianos» entraron en barrena. Muchos se convirtieron al islam –al parecer la esposa de Rodrigo casó con Tarik- y los que no se conformaron se refugiaron en la cornisa cantábrica, iniciando allí la resistencia de la que surgió el reino de Asturias y, posteriormente, el de León que fue su continuidad.

A su vez, los «witizianos» resistieron nueve años más. Tras ir cayendo sucesivamente Zaragoza, Tarragona, Barcelona y Gerona, se refugiaron en Narbona, que fue tomada por los árabes en el 720. Consta que el arzobispo de Tarraco embarcó hacia Roma antes de la caída de la ciudad, prometiendo un regreso que nunca se produjo, y que algunos de los documentos que aportó a Roma se conservan todavía en el Vaticano. El rey Ardón habría muerto probablemente durante los últimos combates en Narbona, siendo así, en rigor, el último rey godo, y no Don Rodrigo.

Hubo otra resistencia y otro «exilio» visigodo, que pasó en este caso a la Galia carolingia, donde se integraron con los francos, pero manteniendo sus costumbres e identidad

Está claro pues hubo otra resistencia y otro «exilio» visigodo, que pasó en este caso a la Galia carolingia, donde se integraron con los francos, pero manteniendo sus costumbres e identidad. Cuando el primer conde de Barcelona –Bera o Berá- combatió en duelo público en Aquisgrán ante el emperador Ludovico contra el campeón de su hermano –que le había retado por diferencias familiares-, consta que utilizaron las armas usuales de los godos en estos casos, no las de los francos. Igualmente, el amigo y sucesor de Alcuino de York al frente de la Escuela Palatina, Teodulfo de Orleans, era godo hijo de hispanogodos. Los primeros mandatarios de la Marca Hispánica fueron todos ellos godos, como el ya citado Bera, así como la mayoría de sus sucesores, hasta Wifredo el Velloso, cuando la nobleza devino hereditaria anunciado el feudalismo.

Los territorios que había ocupado la Septimania goda en el sur de Francia, y los peninsulares que se conquistaron en las expediciones francas de la Marca Hispánica hasta el Ebro –efímeramente en este límite-, se conocían entre los francos con el nombre de Gothia; el conde Borrell de Barcelona utilizaba también el título de Duque de Gothia -evidentemente más importante- y algunas de las teorías sobre el origen del nombre «Cataluña» sugieren que provendría de una derivación de «Gothialauna», es decir, tierra de godos.

En fin, pues, no parece que Don Rodrigo fuera verdaderamente el último rey godo.

[1] https://daten.digitale-sammlungen.de/~db/bsb00000825/images/index.html?id=00000825&fip=193.174.98.30&no=&seite=477

 

TAMBIÉN ESTA SEMANA:

Lunes, 28 de febrero de 1844

En el teatro de la Cruz de Madrid, se estrenaba ‘Don Juan Tenorio’ de José Zorrilla, una versión romántica del mito del Burlador de Sevilla.

Martes, 1 de marzo de 710

En Toledo se unge como rey de los visigodos a Roderico, conocido como Don Rodrigo. Fue el último monarca visigodo según la versión oficial, muerto en la batalla de Guadalete al año siguiente, mientras combatía la invasión árabe. Ello no obstante, las crónicas francas hablan de dos reyes más, Agila II y Ardón, hasta que cayó Narbona en el 720, nueve años después de la muerte de Rodrigo.

Miércoles, 2 de marzo de 1815

Tras haber huido de su cautiverio en la isla de Elba y haber desembarcado en Francia, Napoleón llegaba a París y era proclamado emperador por segunda vez. Se iniciaba el periodo conocido como el Imperio de los cien días.

Jueves, 3 de marzo de 1521

En Valencia era ejecutado Vicente Peris, líder de la revuelta de las «Germanies», que corrió paralela a la de las Comunidades de Castilla.

Viernes, 4 de marzo de 1861

Tras haber ganado las elecciones, Abraham Lincoln tomaba posesión de la presidencia de los Estados Unidos. Poco después estallaba la guerra civil norteamericana (1861-1865).

Sábado, 5 de marzo de 1942

El escritor francés Albert Camus publicaba su primera y más conocida novela, ‘L’étranger’.

Domingo, 6 de marzo de 1836

Concluía en Texas el asedio de ‘El Álamo’, con la toma por parte de las fuerzas mexicanas y la muerte de todos los resistentes, entre ellos, el trapero y excongresista norteamericano David Crocket.

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