
Ni la bruja de forma cambiante y hermanastra del rey Arturo, ni el fenómeno óptico que distorsiona los elementos de un paisaje en el horizonte. En este caso, Fata Morgana es el nombre de la torre del Putxet donde David Castillo y Xarim Aresté se encontraban durante los primeros meses de la pandemia para crear himnos sobre la vida y la poesía.
Himnos de Fata Morgana es un recital a dúo lleno de vitalismo y una mirada creativa sobre el desastre. Un diálogo en el que guitarras y voces establecen complicidades con el público. Y es también la celebración de una casualidad, el fruto de una colaboración después de años de afinidades y una reivindicación de la soledad creativa.
David Castillo es poeta, escritor y crítico literario. En 2001 ganó el Premio Sant Jordi por No miris enrere y en 2020 el Joanot Martorell por El tango de Dien Bien Phu. Este año verá la luz la antología El amor como pena capital, su primer libro de poemas en una década. Se trata de una recopilación intimista y enérgica, en la que también repasa qué significa escribir desde los márgenes de la cultura. ¿Quién mejor que él, que se inició en la década de 1970 en publicaciones clandestinas y contraculturales, antes de ser distinguido con el premio Carles Riba por El cel de l’infern?
Himnos de Fata Morgana es un recital a dúo lleno de vitalismo y una mirada creativa sobre el desastre. Un diálogo en el que guitarras y voces establecen complicidades con el público
El guitarrista Xarim Aresté también tiene un pasado punk. El músico de Flix empezó a arañar las cuerdas a bandas con nombres tan sugerentes como Ratera, Dog Hair o Mala Sang mucho antes de saltar a la rumba posmoderna y de colaborar con artistas como Sanjosex, Maika Makovski, Paul Fuster o Sopa de Cabra. En solitario ha publicado siete trabajos –los dos últimos, Mercuri y Ses entranyes– y ha escrito un libro de aforismos, Les fugues de la font del temple.
En mayo de 2021, ambos presentaron Himnes de Fata Morgana –entonces subtitulado como Alternativas al confinamiento– en el marco del festival Barcelona Poesía. Ahora, Castillo y Aresté reproducirán sus vivencias en la Sala Beckett, dentro del Festival Alcools. El proyecto nació en 2015 en La Seca-Espai Brossa y se ha convertido, en palabras de sus organizadores, en “el cobijo de los grandes poetas de hoy y de los músicos, de los rapsodas y de los oyentes, del público que ama la palabra bien dicho y de la gente a la que le gusta charlar y escuchar”.
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