El filósofo e historiador, vinculado a la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París Georges Didi-Huberman, ha protagonizado la VIII Lección de Humanidades Miquel Batllori, bajo el título «Racines ou Tourbillons. Sur deux images du temps», centrada en el pensamiento de Heidegger y Walter Benjamin.
UPF / CV – Las reflexiones de Georges Didi-Huberman, han servido para abrir el curso 2018-2019 de la Facultad de Humanidades de la UPF.
La profesora Victoria Cirlot ha hablado de la biografía y la obra de Georges Didi-Huberman, que engloba unos sesenta libros. Seguidamente ha dado paso a la lección «Racines ou Tourbillons. Sur deux images du temps», a cargo de este humanista francés.

El filósofo e historiador ha explicado que quería presentar una obra en la que está trabajando, y que se centra en lo que hace que haya un levantamiento, que nos revuelva: qué relación tiene con el acto político, con la historia que este levantamiento interrumpe o quiere reinventar.
«Quiero hablar de la relación de tensión entre el deseo, que va hacia el futuro, y la memoria. No hay memoria sin deseo. «El que se revuelve dice ‘¡Ya es hora!’, es algo muy urgente, el tiempo se convierte en algo grande, superlativo», ha afirmado.
Martin Heidegger y Walter Benjamin
Para hablar de este tiempo superlativo, de cómo imaginar este tiempo decisivo, lo ha hecho a través del ejemplo de dos grandes filósofos coetáneos, Heidegger (a partir de la «raíz») y Walter Benjamin (con el «remolino») , dos imágenes que coinciden en el tiempo, que forman parte de la historia de Alemania y que quieren dar sentido a la historia.
Heidegger hace un llamamiento a las raíces alemanas, a la necesidad de una guerra
Didi-Huberman se ha situado en 1919, al final de la Primera Guerra Mundial, «cuando el orden del mundo alemán queda destruido y la patria queda vencida, por las exigencias desmesuradas de los vencedores. La comunidad queda amenazada por la guerra civil alemana, y esto combinado con la revolución internacional bolchevique que viene del este».
Aunque ambos filósofos tienen cosas en común, tales como situar el origen en la obra de arte, y rechazar el historicismo, su pensamiento es totalmente diferente. Heidegger cree que la historia está arraigada a la experiencia vivida, y a partir de ahí, se plantea una tarea titánica: refundar la filosofía y la ontología occidental.
Heidegger. Sólo hay arte y verdad si hay raíces
Heidegger hace un llamamiento a las raíces alemanas, a la necesidad de una guerra. Quiere formar un comando de élite para salvar las raíces alemanas basándose en los conceptos de autenticidad, pureza, especificidad, todo lo que es propio. Querrá dar una forma filosófica en el Reich alemán.
Didi-Huberman, cree que, inevitablemente, «esta imagen del tiempo como raíz lleva al odio del otro»
Para Heidegger, este tiempo superlativo, auténtico, no es el tiempo mítico ni el historicismo contemporáneo. «El tiempo se tiene que pensar con el tiempo y no con imágenes del tiempo». Tiene una actitud de teología negativa: no se pueden tener imágenes de Dios, hay que revocar esta iconografía.
Por el contrario, hace un llamamiento a una imagen privilegiada, que funciona como elemento de ambigüedad, y la encuentra en los artistas y poetas. Según Heidegger, la obra de arte se debe releer a la luz de la reivindicación del origen, de las raíces, del fundamento. Sólo hay arte y verdad si hay raíces. Didi-Huberman, cree que, inevitablemente, «esta imagen del tiempo como raíz lleva al odio del otro».
El remolino como metáfora del pensamiento de Walter Benjamin
En una segunda parte de la lección, el ponente se ha referido al pensamiento de Walter Benjamin, «un joven pensador sin perspectivas pero que quería buscar este gran tiempo, en una época conflictiva».
Para Benjamin, el origen no es lo que ha arraigado, sino «lo que resurge, una repetición como síntoma, como elemento en el cuerpo normalizado del devenir». Hay una primera imagen de pausa, de instante de respiración, de punto de aliento, y una segunda imagen de remolino en un río: «El origen tiene una categoría histórica, pero nace en el declive, un remolino en el río del devenir».
Benjamin ve el origen como algo que no es permanente, sino que aparece y desaparece, de manera imprevisible
Todo ello se convierte en síntoma en el tiempo que huye, una reminiscencia en el origen, que no es natal, sino nativa. Benjamin ve el origen como algo que no es permanente, sino que aparece y desaparece, de manera imprevisible. Es frágil, no está instituido, migra, es errante. El remolino nos encuentra a nosotros, nos atrapa, nos sorprende, no deja de moverse, fluye rítmicamente. En cambio, la raíz está bajo tierra, hay un suelo, un subsuelo, unas capas definidas inamovibles. Didi-Huberman lo compara con la inmigración a lo largo de la historia: «Sin la inmigración el arte en Florencia no hubiera sido posible», ha sentenciado.
Más información:
> Lección íntegra de Georges Didi-Huberman (24 págs, PDF, en francés)