Marta Fernádez Currás indicó también que las regiones que más han invertido en investigación e innovación son las que menos han experimentado los efectos de la crisis y están mostrando mayor capacidad de recuperación.
Fernández Currás insta a aunar esfuerzos para impulsar el cambio de tendencia en Europa y convertir los desafíos en oportunidades
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La secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos, Marta Fernández Currás, ha defendido el éxito alcanzado por la Unión Europea en la mejora del nivel de vida y desarrollo de los Estados miembros, a pesar de que en los últimos meses el modelo de crecimiento europeo esté siendo sometido a un continuo examen.

Durante la inauguración en A Coruña del «I Congreso sobre Cooperación Inteligente«, apuntó, sin embargo, que es necesario replantear algunos de los principios que rigen la UE y ciertos aspectos sobre los que «habría que empezar de nuevo». Una voluntad que se demuestra en la Estrategia Europa 2020, cuyo objetivo es impulsar la salida de la crisis y convertir a la Unión en una economía inteligente, sostenible e integradora.
La Conferencia de Redes de Ciudades Interregionales y Transfronterizas (CECICN) ha sido la artífice de este I Congreso sobre Cooperación Inteligente, en el que han participado expertos y representantes al más alto nivel de todas las instituciones europeas para debatir y reforzar el mensaje de la importancia de la cooperación territorial.
En su intervención inaugural, Fernández Currás, de cuya secretaría de Estado depende directamente la Dirección General de Fondos Comunitarios, manifestó que Europa está ante uno de los momentos más críticos de su historia económica reciente y que la trayectoria de convergencia y crecimiento europeo y español que se venía disfrutando, se ha revertido drásticamente desde 2008.
En el caso de España, la falta de sincronía cíclica con las economías centrales de la eurozona, unida a la especialización productiva en sectores intensivos en mano de obra, ha favorecido la aparición de desequilibrios estructurales más agudos que en otros países de la Unión.
«Estamos haciendo frente a estos desequilibrios con todos los instrumentos que están en nuestra mano, mediante una estrategia económica orientada a la disciplina fiscal y la recuperación de la flexibilidad y competitividad de la economía», señaló la secretaria de Estado.
Al respecto, señaló que la estrategia diseñada por el Gobierno español se alinea plenamente con la Estrategia Europa 2020, persiguiendo no solo la consolidación presupuestaria, sino también una actuación resuelta orientada a estimular el crecimiento y el empleo.
En este contexto, subrayó la necesidad de aunar esfuerzos para llevar a cabo un cambio de tendencia y convertir los desafíos en oportunidades, explotando el potencial endógeno de todos los territorios. Y ello solo será factible «si reorientamos las estrategias y políticas, en los diferentes niveles, hacia el logro de los objetivos de un crecimiento «inteligente, sostenible e integrador».
Al referirse a la Política de Cohesión, recordó que en sus orígenes plasmó la idea de solidaridad, al promover la transferencia de recursos desde los Estados miembros más desarrollados a los de menor nivel de renta, mientras que en la actualidad ha evolucionado convirtiéndose en un instrumento que da visibilidad a la Unión Europea en sus territorios.
Así, la Política de Cohesión se perfila hoy como una política integradora, dirigida a sus casi 500 millones de ciudadanos, reduciendo las disparidades económicas, sociales y territoriales. Cabe señalar que actualmente, los Estados miembros y el Parlamento Europeo están ya inmersos en la negociación del próximo Marco Financiero Plurianual 2014-2020, así como de la Reglamentación de la futura Política de Cohesión.
La nueva Regulación de los Fondos tendrá en cuenta con mayor intensidad el enfoque territorial de la Política de Cohesión, respondiendo al nuevo objetivo recogido en el Tratado de Lisboa. Ello se sustenta además en que muchos de los problemas a los que se enfrentan los territorios, afectan a sectores diversos y para solucionarlos se precisa una integración más intensa entre las partes, con elementos como el «enfoque integrado» que se exigirá en la implementación de los Fondos, el concepto de «Desarrollo a cargo de Comunidades Locales» o el de «Inversiones Territoriales Integradas».
Asimismo, explicó que la Comisión ha propuesto para el período 2014-2020 aumentar los recursos disponibles para la Cooperación Territorial a más de 11 millones de euros -un 35% más- y se esperan iniciativas más concretas en ámbitos como el apoyo a las PYME, la investigación y la innovación, las energías renovables o infraestructuras.
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Cooperación territorial inteligente
Marta Fernádez Currás indicó también que las regiones que más han invertido en investigación e innovación son las que menos han experimentado los efectos de la crisis y están mostrando mayor capacidad de recuperación. «Esto mismo se puede aplicar a las regiones con una estructura productiva más tradicional, para contribuir a su transformación y la reconfiguración de la producción y los servicios hacia una oferta con mayor valor añadido».
El objetivo de la Cohesión territorial deberá ser abordado en los futuros programas con un especial hincapié en el papel de las ciudades, las zonas con problemas geográficos o demográficos específicos o las estrategias macro-regionales.
En el actual período de programación, España participa en 8 programas: 3 de cooperación transfronteriza, 4 de cooperación transnacional y un programa de cooperación interregional. A ellos hay que añadir la participación en el Instrumento de Vecindad de la Cuenca Mediterránea. Estos programas suponen un presupuesto total de unos 1.900 millones de euros, de los que casi 1.480 millones de euros corresponden a ayuda FEDER.
Por su parte, el director General de Fondos Comunitarios, José María Piñero señaló que desde la creación de la UE se ha desarrollado una política de solidaridad entre regiones, que ha venido persiguiendo la reducción de las disparidades económicas, sociales y territoriales. Sin embargo, tras del Tratado de Lisboa y la nueva estrategia 2020, se introduce una nueva dimensión: la Cohesión Territorial, que aporta una influencia significativa en el crecimiento y el empleo en la UE, reduciendo las disparidades sociales y territoriales.
Así afirmó que la recuperación económica debería ser el punto de partida para una nueva economía social más sostenible, más respetuosa con el medio ambiente, y más innovadora, cuyo motor principal será el conocimiento.