La larga guerra del sargento Shoichi Yokoi

Shouichi YOKOI / Wikimedia

El 24 de enero de 1972 en la isla de Guam, unos pescadores atraparon a un ladrón nocturno. Cuando fue llevado ante la policía, se identificó como el sargento Shoichi Yokoi, del 38º regimiento de infantería del ejército imperial japonés. Había sobrevivido oculto en la selva durante veintiocho años, ignorando que la guerra había concluido hacía veintisiete.

 

CV / Guam es la principal isla del archipiélago de las Marianas, en la Micronesia, en pleno Océano Pacífico, situada 1588 millas – unos 2940km- al este de las Filipinas. Tiene una superficie de 549 km2, con unos 48km de largo por 14km de ancho. Perteneció a España desde el siglo XVI, pasando a soberanía estadounidense tras la guerra de 1898. Pocas horas después del ataque japonés a Pearl Harbor -7 de diciembre de 1941-, los japoneses invadieron la isla y se mantuvieron en ella hasta el 10 de agosto de 1944, cuando tras la segunda batalla de Guam, los Estados Unidos la recuperaron y convirtieron en una de sus bases para sus posteriores operaciones contra las Filipinas.

Ejerció como aprendiz de sastre hasta finales de 1941, cuando, con 26 años, que movilizado como consecuencia de la entrada del Japón en la II Guerra Mundial, incorporándose al ejército de tierra

Cuando los norteamericanos atacaron la isla, uno de los militares japoneses destacado en ella era el sargento Shoichi Yokoi. Había nacido en Saori, una pequeña población japonesa, el 30 de marzo de 1915. Ejerció como aprendiz de sastre hasta finales de 1941, cuando, con 26 años, que movilizado como consecuencia de la entrada del Japón en la II Guerra Mundial, incorporándose al ejército de tierra. Tras haber servido en Manchuria con la 29ª división de infantería, fue trasladado al 38º regimiento con basa en Guam, en el que sería su último destino.

El 21 de julio de 1944, los norteamericanos desembarcaron atacando la isla con 36000 hombres, principalmente marines. Las fuerzas niponas en Guam totalizaban 18500. La resistencia japonesa fue feroz y desesperada. Al concluir la batalla, habían muerto 18.000 japoneses, y otros 485 habían sido capturados como prisioneros de guerra. Durante los combates, el sargento Yokoi había quedado aislado del resto de unidades con nueve hombres más. Fiel a la orden dada por el emperador de no rendirse, se ocultaron en la selva. Además, caer prisionero era una deshonra en el código de honor japonés, de modo que ignoraron las llamadas a la rendición, tal vez a la espera que los suyos regresaran a la pequeña isla. El grupo se dispersó, y siete de ellos fueron capturados o muertos, pero los tres restantes, entre los que se encontraba Yokoi consiguieron permanecer emboscados.

En 1952 escucharon rumores de que la guerra había concluido –hacía en realidad siete años que había terminado-, pero pensaron que era una artimaña para capturarles

En 1952 escucharon rumores de que la guerra había concluido –hacía en realidad siete años que había terminado-, pero pensaron que era una artimaña para capturarles. Finalmente, se separaron para facilitar la supervivencia, y siguieron manteniendo algún contacto esporádico hasta 1964, en que Sokoi encontró a sus dos compañeros muertos de inanición. Desde entonces, permaneció completamente solo, alimentándose de caza y pesca por la noche, y utilizando las plantas para hacerse ropa y utensilios, oculto en una cueva cercana a las inhóspitas cascadas de Talofofo. Permanecía oculto de día, y solo salía de noche para conseguir el sustento necesario para su supervivencia.

El 24 de enero de 1972, dos pescadores que habían salido por la noche para revisar sus trampas para camarones en el río, toparon con Yokoi –que por entonces tenía 57 años- que precisamente les estaba robando los camarones. Consiguieron reducirlo y lo llevaron a la policía, ante la cual se identificó con su grado y unidad. Había permanecido oculto durante 28 años. Solo cuando fue devuelto al Japón, consiguieron convencerle que la guerra había acabado 27 años antes con la rendición del Japón. Y seguía considerándose deshonrado por haberse dejado capturar. El día que volvió a pisar Japón exclamó: “Es un poco vergonzoso, pero he vuelto”. La frase se hizo popular entre los japoneses.

Nunca consiguió adaptarse a la nueva sociedad japonesa de la posguerra y los únicos viajes que realizó fueron de nuevo a la isla de Guam, que visitó en varias ocasiones

En Japón fue recibido como un héroe nacional, apareció estelarmente en televisión y se convirtió en un defensor de la vida austera. Se le pagaron 300$ por «atrasos» y se le asignó una pequeña pensión estatal vitalicia. En noviembre de 1972, diez meses después de haber sido rescatado, o capturado, contrajo matrimonio y se instaló en Aichi, cerca de donde había nacido y crecido. En 1977 se estrenó en la televisión un documental que dio la vuelta al mundo: ‘Yokoi y sus veintiocho años de vida secreta en Guam’. Nunca consiguió adaptarse a la nueva sociedad japonesa de la posguerra y los únicos viajes que realizó fueron de nuevo a la isla de Guam, que visitó en varias ocasiones. Según su sobrino, los últimos años de su vida fueron los más difíciles. En 1991 tuvo una audiencia con el emperador Akihito, episodio que consideró el honor más grande de su vida.

El sargento Soichi Yokoi falleció el 22 de septiembre de 1997, a los 82 años de edad, víctima de un infarto de miocardio. Fue enterrado en Nagoya, en la tumba que había hecho construir su madre como cenotafio en 1955, cuando, tras diez años como desaparecido, se le había dado oficialmente por muerto.

No fue el único ni el último caso de militares japoneses que permanecieron ocultos convencidos que la guerra seguía. Los últimos fueron hallados en 1974: el teniente Hiro Onoda, en la isla filipina de Lubang, y el soldado Teruo Nakamura, en las selvas de la isla indonesia de Morotai. Con toda seguridad hubo muchos más, de los que nunca más se supo.

 

TAMBIÉN ESTA SEMANA:

Lunes, 24 de enero de 1972

En una selva de la isla de Guam, en el archipiélago de las Marianas, se localiza al sargento japonés Soichi Yokoi, que llevaba escondido desde la II Guerra Mundial, fiel a la orden imperial de no rendirse, desde 1945. Aislado tras la caída de la isla en manos de los norteamericanos, no le había llegado la noticia de la rendición del Japón.

Martes, 25 de enero de 1961

Tras haber tomado posesión del cargo unos días antes, John F. Kennedy se convierte en el primer presidente de los EEUU que realizaba una rueda de prensa televisada en directo.

Miércoles, 26 de enero de 1973

Fallecía en Los Ángeles (California, EEUU), Edgar G. Robinson, uno de los actores secundarios más afamado del cine negro de los años cincuenta.

Jueves, 27 de enero de 1888

Se fundaba en los Estados Unidos la National Geographic Society. Actualmente es una de las grandes organizaciones internacionales de divulgación científica.

Viernes, 28 de enero de 1596

Fallecía a bordo del barco que comandaba, tras fracasar en el ataque a Panamá, herido y enfermo de disentería, el corsario y vicealmirante inglés Francis Drake.

Sábado, 29 de enero de 1595

Se estrenaba en Londres la tragedia ‘Romeo y Julieta’, de William Shakespeare.

Domingo, 30 de enero de 1948

Un militante hinduista fanático asesinaba al líder de la independencia de la India, Mahatma Gandhi.

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