Enrique Orro: «Parece que olvidan que la rabia es una enfermedad zoonótica mortal»
La guerra en Ucrania ha generado que miles de refugiados traspasen las fronteras europeas con sus mascotas levantando la alerta de veterinarios frente a los riesgos de la rabia, una enfermedad erradicada en la Unión Europea y no así en Ucrania. Datos de Animal Health Europe confirman que en la actualidad hay más de 200 enfermedades zoonóticas identificadas que representan una amenaza para la salud pública con el resultado de 2,2 millones de muertes al año por zoonosis.
Eva Serra
La primera alarma ante cualquier enfermedad zoonótica (infección transmitida de un animal a un humano) es anticipada por los veterinarios, pero su intervención sanitaria y su asesoramiento como expertos en la gestión de un riesgo de esta naturaleza son prácticamente nulos, como se ha visto con la pandemia del coronavirus. «La profesión veterinaria es ninguneada constantemente por los gobiernos», afirma el Dr. Enrique Orro, quien advierte en esta entrevista de los potenciales riesgos en la transmisión de la rabia por parte de las mascotas ucranianas.
Enrique Orro Bello es licenciado en Veterinaria por la Universidad de Santiago de Compostela en el año 2000. Ejerce en la rama de pequeños animales desde ese año hasta la actualidad. Está vinculado al Colegio de Veterinarios de A Coruña desde el año 2012 formando parte de la Comisión de Pequeños Animales y luego como miembro de la Comisión Deontológica, vicepresidente de dicho colegio desde el 2016.
Ucrania es un país no declarado libre de rabia. ¿Qué supone la entrada de refugiados con sus mascotas en los países de la Unión Europea? ¿Cuál es el riesgo real para nuestras mascotas y nuestra salud pública?
En Ucrania se dan 1600 casos de rabia en animales domésticos al año. Ante la crisis de los refugiados ucranianos la Unión Europea ha hecho una excepción en el protocolo para la importación de animales desde un país extracomunitario, anulando la necesidad de solicitar un permiso individualizado. El ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha hecho un protocolo de actuación para el control de estos animales considerando que la evaluación preliminar es de riesgo alto.
Ante la crisis de los refugiados ucranianos la Unión Europea ha hecho una excepción en el protocolo para la importación de animales desde un país extracomunitario
Este riesgo es más grave en las autonomías en las que la vacunación antirrábica no es obligatoria (Cataluña, País Vasco, Asturias y Galicia) porque si se diese un caso, la población desprotegida es mayoritaria. En Galicia se estima que están vacunados alrededor del 3% de los perros.
El riesgo real dependerá del cumplimiento del protocolo y los medios para llevarlo a cabo, por lo pronto en el propio protocolo se cuenta con que los veterinarios clínicos presten su colaboración “de forma voluntaria, desinteresada y sin ánimo de lucro”. Una alarma sanitaria debería manejarla los veterinarios oficiales de la administración, y si no es suficiente, contratar profesionales. Hay que dotar de medios y establecer presupuestos para que las medidas sean efectivas, no se puede confiar en la buena fe y el voluntariado.
Parece que olvidan que la rabia es una enfermedad zoonótica mortal, también para el ser humano, se hace raro que no sea el Ministerio de Sanidad el responsable de esta alarma sanitaria.
El Consejo de Veterinarios de Cataluña, junto con otras entidades, ha manifestado al Departamento de Salud y Acción Climática la necesidad de la vacunación obligatoria antirrábica en nuestro territorio como medida de profilaxis sufragando incluso todos los gastos derivados de ello. ¿Cómo está la situación a día de hoy?
En la comunidad en la que yo trabajo, que es Galicia, no nos consta que se vaya a tomar ninguna medida en este sentido.
La primera medida lógica en los territorios en las que la vacunación no es obligatoria sería decretar la obligatoriedad de la vacunación antirrábica ya. Otra posibilidad sería que en estas comunidades no entraran animales ucranianos porque no están en condiciones de recibirlos con garantías, pero una medida así no sería popular.
La primera medida lógica en los territorios en las que la vacunación no es obligatoria sería decretar la obligatoriedad de la vacunación antirrábica ya
En Galicia, la Consellería de Agricultura en su aplicación del protocolo ha solicitado a los colegios veterinarios un listado de veterinarios y centros veterinarios que cedan sus instalaciones de forma gratuita para realizar las identificaciones, vacunaciones y cuarentenas.
Realizar una cuarentena en una jaula de hospitalización, además de maltrato animal es poner al personal de dichos centros en riesgo por no poder hacer el trabajo en condiciones seguras. No es lo mismo tener a un animal enfermo hospitalizado hasta su recuperación que mantener una cuarentena de un animal, a priori, sano durante un tiempo que puede llegar a 6 meses.
Hay un problema de percepción del riesgo en la administración e incluso entre los veterinarios, con excepción de Ceuta y Melilla, en el resto del territorio no sabemos nada de rabia, los veterinarios que estamos ahora en activo no hemos visto nunca un caso. La rabia es una enfermedad con un periodo de incubación relativamente largo y una persona expuesta puede contagiarse y no ser consciente de la necesidad de hacer un tratamiento profiláctico, cuando aparecen los síntomas el desenlace suele ser fatal.
Que sean los Consejos Veterinarios u otras entidades las que sufraguen los gastos, me parece descabellado porque los Colegios se financian con las cuotas colegiales. Volvemos al planteamiento de voluntariedad y falta de ánimo de lucro ante una crisis sanitaria.
¿Qué medidas de control, cribaje y prevención existen en nuestro país con relación a los casos de rabia importada? ¿Existen estudios al respecto? ¿Qué dicen las normas comunitarias?
Las medidas que contempla el protocolo son la identificación de los animales, vacunación antirrábica, titulación de anticuerpos frente a rabia y cuarentenas en determinados supuestos.
La rabia es una enfermedad con un periodo de incubación relativamente largo y una persona expuesta puede contagiarse y no ser consciente de la necesidad de hacer un tratamiento profiláctico, cuando aparecen los síntomas el desenlace suele ser fatal
También dice que no podrán entrar animales de menos de siete meses de edad. Recientemente leí en un periódico la noticia de un niño con su cachorro de 6 meses que había llegado a A Coruña, esto demuestra que pesa más la parte emocional que la sanitaria y ya nos estamos saltando el protocolo antes de empezar.
Según el ministerio, todos los estados miembros se han mostrado favorables a la aplicación de excepciones para facilitar el movimiento de estos animales con sus dueños sin necesidad de permisos individualizados. De cada estado depende establecer sus propias medidas de control.
Los últimos tres casos de Rabia en la península como el de Toledo (2013) o los más recientes de Ceuta (2019) y Melilla (2020), ¿han levantado algún tipo de alerta? Tras ellos ¿se optó por la vacunación o se consideraron casos aislados?
El caso de Toledo fue un caso importado aislado, pero en una comunidad en la que la vacunación es obligatoria, no tendría la misma relevancia en una de las comunidades en las que no lo es.
Ceuta y Melilla tienen rabia endémica y están actuando responsablemente para intentar mejorar la situación.
En Galicia yo creo que los políticos lo ven como un problema lejano y hasta que llegue no lo van a tener en consideración. Si se llega a dar un caso ya estamos llegando tarde.
¿Existe por parte de la comunidad veterinaria algún tipo de acción conjunta para abordar esta situación desde su especialidad?
No, igual que no se puede hablar de un criterio común a nivel nacional, cada comunidad ha establecido su propio protocolo. La comunidad veterinaria no tiene poder para tomar esas decisiones, solo puede asesorar y no parece que haya nadie escuchando al otro lado.
La Covid-19 puso de relieve la importancia de las infecciones zoonóticas. ¿Estamos frente a un repunte de este tipo de amenazas para la salud?
Estamos en un mundo cada vez más poblado, con unas cabañas ganaderas cada vez más grandes para satisfacer las necesidades de alimentos y con un movimiento de personas y animales cada vez mayor, esto facilita el salto de enfermedades zoonóticas de los animales al ser humano y que estas se extiendan.
En plena pandemia ya nos estaban advirtiendo de que la próxima sería peor y más grave, no sé qué criterios científicos manejaban para hacer estas afirmaciones
Por otro lado, el modelo predominante para producir alimentos a bajo coste está basado en densidades altas de animales, alimentación optimizando costes bordeando los límites y condiciones de bienestar animal con un estrés que facilita la aparición y propagación de enfermedades. No está bien visto cuestionar este modelo, solo hay que ver la que le montaron al ministro Garzón por lo que dijo de las macrogranjas.
En plena pandemia ya nos estaban advirtiendo de que la próxima sería peor y más grave, no sé qué criterios científicos manejaban para hacer estas afirmaciones, pero tampoco soy un experto en epidemiología.
Desde el criterio científico se ha considerado un error que la gestión de la pandemia haya recaído en manos de los políticos. Y nada acertado el que cada comunidad autónoma haya tomado sus propias decisiones en función de criterios más administrativos que de salud pública. ¿Estamos equivocando la estrategia?
Desde luego, los políticos no son expertos, solo son políticos, lo malo es que actúan como tales. El criterio científico era más o menos unánime con las medidas que había que tomar, pero en muchas ocasiones se ha visto que era más importante dejar en evidencia al contrario que dejarse guiar por los expertos.
Otra cosa que ha habido con el manejo de esta pandemia es no aceptar las voces críticas, a la menor disidencia se tachaba a profesionales reputados de negacionistas
Otra cosa que ha habido con el manejo de esta pandemia es no aceptar las voces críticas, a la menor disidencia se tachaba a profesionales reputados de negacionistas. Que haya más de una opinión siempre es enriquecedor.
La práctica veterinaria aporta una ventaja en el conocimiento zoonótico frente a los epidemiólogos. ¿Por qué tuvieron los veterinarios un papel tan irrelevante en las alertas y los protocolos anti-covid?
Con la COVID, al ser una zoonosis, los veterinarios deberíamos de haber tenido algún protagonismo, pero los políticos decidieron apartarnos de la gestión.
La profesión veterinaria es ninguneada constantemente por los gobiernos y no tenemos el poder que tienen otras profesiones sanitarias. No conozco a nadie que se sienta representado por el Consejo Nacional de Veterinarios, que debería ser el interlocutor máximo a nivel estatal. Acaban siendo entidades particulares como asociaciones o sindicatos los que defiendan los intereses de la profesión.
La mayoría de la gente no sabe que los veterinarios hacen mucho más que trabajo clínico, el control empieza en las explotaciones y acaba en los mercados
Los epidemiólogos veterinarios están mucho más habituados a manejar epidemias, solo hay que recordar la gripe aviar, la peste porcina, las vacas locas, la peste equina, la tuberculosis, la brucelosis, …
La mayoría de la gente no sabe que los veterinarios hacen mucho más que trabajo clínico, el control empieza en las explotaciones y acaba en los mercados. Todo lo que comemos ha pasado controles veterinarios, los mercados, los bares, el agua que bebemos. La gran mayoría de los controles en alimentación es realizada por los veterinarios oficiales, la salud pública depende de estos profesionales, pero las administraciones se resisten a darnos la categoría de sanitarios.
¿Qué opina sobre la nueva ley de protección animal y qué aspectos encuentra a faltar o a mejorar?
Por ahora solo hemos visto borradores y filtraciones parciales, hay cosas que mejoran la situación actual y otras que no tienen ni pies ni cabeza, pero hasta que haya un texto definitivo no se puede juzgar de una manera general. Se aprecia mucho asesoramiento animalista y poco experto veterinario. El bienestar animal no es tan sencillo como humanizar a los animales y darles la categoría de seres sintientes, hacen falta conocimientos. No se entiende la elaboración de una ley de protección animal sin más participación de los expertos en el tema, que son los veterinarios.
El bienestar animal no es tan sencillo como humanizar a los animales y darles la categoría de seres sintientes, hacen falta conocimientos
Yo me pregunto por qué los toros quedan fuera de esta nueva categoría de seres sintientes.
Independientemente del resultado final, en este país tenemos la costumbre de legislar para no hacer cumplir, sobre todo en temas relacionados con animales, que se tratan como menores. Se va a hacer una ley más restrictiva que la vigente sin que esta se haya llegado a aplicar como corresponde. La identificación de perros mediante microchip ya es obligatoria pero no se tomas medidas para alcanzar una tasa de identificación alta, y es solo un ejemplo.
La investigación veterinaria en farmacología siempre va por detrás de la humana. ¿Es un problema de costos o de prioridades? ¿Cómo puede afectar esto a la salud pública?
La industria farmacéutica se mueve por el dinero y el mercado veterinario es insignificante en comparación con el humano. Ninguna farmacéutica va a desarrollar un medicamento que no sea rentable, pero esto no afecta a la salud pública. Los medicamentos que no llegan a los animales son, en su mayoría, para tratamientos individuales, no colectivos para el control de enfermedades a nivel poblacional, que son las que ponen en riesgo la salud pública.
¿Considera que los medios de comunicación ofrecen la información necesaria para alertar y prevenir a la opinión pública de este tipo de riesgos zoonóticos?
En el tema de la rabia ucraniana no parece haber mucha preocupación, pero sí la hay en la apocalipsis de la próxima pandemia
A veces alarman y a veces se quedan cortos, en el tema de la rabia ucraniana no parece haber mucha preocupación, pero sí la hay en la apocalipsis de la próxima pandemia. Vende más la crisis humanitaria que la sanitaria, pero no son temas excluyentes, se pueden atender a las dos haciendo las cosas bien.
¿Cree usted que la sociedad española ha aprendido la lección con esta pandemia de Covid?
¿Cuál es la lección? En el inicio de la pandemia se decía que iba a salir lo mejor de nosotros, yo creo que ha sido lo contrario
¿Qué consejo le parece más adecuado como profesional sanitario para enfrentarnos ante posibles futuras epidemias?
Hay que dejar la salud y las decisiones en manos de los expertos sanitarios.
Está de moda el concepto ‘One Health’ definido como los “esfuerzos de colaboración de múltiples disciplinas que trabajan a nivel local, nacional y mundial, para lograr una salud óptima para las personas, los animales y nuestro medio ambiente”.
¿Cuál es la lección? En el inicio de la pandemia se decía que iba a salir lo mejor de nosotros, yo creo que ha sido lo contrario
Para lograr esto hace falta una visión menos cortoplacista, menos política y más científica. Todos tenemos una responsabilidad, cuando hablamos de medio ambiente (que es hablar de salud) no podemos derivar la responsabilidad solo hacia los que nos dirigen, como consumidores y como votantes tenemos el poder de cambiar las cosas más allá de nuestros intereses particulares.
Pero es una visión utópica y, como decía antes, si la pandemia no ha conseguido sacar lo mejor de nosotros…
Era cuestión de tiempo que la amenaza de la rabia volviese de nuevo.
Yo presencié un caso de rabia en un cachorro de pastor alemán durante mi infancia y (no soy tan mayor) que me marcó para siempre.
Los veterinarios han alertado todo este tiempo de que la no obligatoriedad de la vacuna en varias comunidades y el incumplimiento en otras en que si lo son , nos llevarían tarde o temprano a un brote de rabia de consecuencias imprevisibles.
Es cierto que tenemos una amenaza real con la entrada de mascotas de Ucrania. Y temo por la vida de mi mascota y por la mía también.
Me pregunto el porqué de muchas cosas. El porqué no ha sido suficiente para trazar un plan antirrábico conjunto ser un país vecino de dos países donde la rabia es endémica.
La experiencia de casos de rabia importada que aunque afortunadamente controlados no dejan de ser un recordatorio de que no somos inmunes a ella.
El que cada año se vendan cachorros de perros y gatos importados de criaderos ilegales del este de Europa.
El que no exista un censo de animales domésticos suficientemente controlado.
Espero que el ejercicio de responsabilidad informativa de Catalunya vanguardista y sanitaria del dr Orro sirva para tomar contacto con la realidad.
La mayoría de nosotros queremos a nuestras mascotas como a cualquier otro miembro de nuestra familia.
La entrada de animales de un país con rabia endémica en nuestro territorio, cruzando fronteras cuyo cumplimiento de las normas se escapa a nuestro control, debería ser motivo suficiente para exigir un plan específico a las autoridades competentes.
Un tema tan serio como las cuarentenas de la rabia no se pueden dejar solo en manos de la voluntad de los veterinarios, muchos de los cuales no disponen de las condiciones necesarias para llevarlas a cabo y mucho menos en manos de voluntarios, conozco a unos cuantos ,
que ni conocen los métodos ni tienen el conocimiento necesario para poder hacerlo.
Si la entrada de los refugiados sirve para que haya un cambio en las normas sobre la prevención y el control de la rabia, un cambio real en el que sean los expertos en materia de salud animal y conocedores del problema quienes se pongan al frente de las decisiones a tomar, bienvenida sea.
Pero en caso contrario sólo nos queda rezar, algo que no nos ha servido frente al Covid.
Lo que realmente sirve es aquello de que más vale prevenir que curar. Y la rabia No tiene cura.