Pedagogía por proyectos

Ante la eclosión de esta estrategia han aparecido entusiastas, detractores y eclécticos

Centros públicos y privados están incorporando el trabajo por proyectos en sus aulas

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Durante julio de 2015 la Unesco se declaró partidaria de la pedagogía por proyectos. De manera casi inmediata, y bajo el cobijo de muchas instituciones, muchos se han repensado la manera de enseñar. Con este objetivo, y durante este 2016, algunos centros públicos y privados están incorporando esta praxis en sus aulas.

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Los entusiastas afirman que la pedagogía por proyectos es un camino innovador universalmente a seguir
Los entusiastas afirman que la pedagogía por proyectos es un camino innovador universalmente a seguir

Por David Rabadà / CV

Ante la eclosión de esta estrategia han aparecido entusiastas, detractores y eclécticos. Los entusiastas afirman que la pedagogía por proyectos es un camino innovador universalmente a seguir, que esta estratagema resulta una manera de socializar fácil y divertida que satisface alumnos, padres y profesores. Los detractores sentencian que la escuela por proyectos es más una creencia dogmática que una evidencia científica. Y finalmente los eclécticos se mantienen en un término medio diciendo que quizás como método parcial podría estar bien pero que aplicado globalmente resultará negativo. Cuando menos estas han sido las conclusiones fundamentales a las cuales han llegado el profesor de Neuroeducación Jesús C. Guillém de la UB, el director del IFIE José Manuel Lacasa y el anterior presidente del Consejo Escolar del Estado, el Dr. Francisco López Rupérez. Las conclusiones y los acuerdos logrados por estos expertos de valía contrastada, más los casi cien docentes presentes durante las V Jornadas de Secundaria, organizadas por el Sindicato de Profesores de Secundaria (ASPEPC-SPS) han sido los siguientes:

[blocktext align=»left»]Bajo un contexto de emociones positivas, se intenta potenciar la memorización activa de los estudiantes más su educación emocional

Primero, el método por proyectos se fundamenta en el trabajo en grupo bajo un tema que desarrollan los alumnos con cierta libertad pero guiados por uno o más profesores en la misma aula. A tal efecto se eliminan las áreas y los libros de texto en pro de enseñar sólo lo esencial a cambio de reducir sustancialmente el currículo básico escolar. Así pues, y bajo un contexto de emociones positivas, se intenta potenciar la memorización activa de los estudiantes más su educación emocional. En cierto modo se enseña menos pero mejor potenciando las habilidades sociales del individuo. Es decir, la educación emocional se potencia por encima de la adquisición de conocimientos. Todo ello busca el aprendizaje fácil, feliz y autónomo entre los alumnos.

Segundo, el trabajo por proyectos defiende la clase magistral pero intenta complementarla allá donde haga falta. En alumnos, por ejemplo, de entorno social desfavorecido puede crear escolares motivados sin exigirles que aprendan el currículo básico de cada etapa. Esto evita el absentismo escolar de muchos colectivos sociales.

El trabajo por proyectos persigue más la educación social que una enseñanza real de contenidos
El trabajo por proyectos persigue más la educación social que una enseñanza real de contenidos

Tercero, si bien la pedagogía por proyectos permite el fácil aprendizaje de un bloque de conceptos enlazados con lógica, no es aconsejable su aplicación en todas las áreas de un centro por el hecho que reduce bastante los currículos escolares. En este sentido sí parece útil su aplicación puntual en etapas superiores de la enseñanza cuando los estudiantes empiezan a tener un gran grueso de conocimientos que permiten florecer de nuevos. Estamos hablando sobre todo de la Universidad y en parte del Bachillerato, módulos y ESO. En Primaria e Infantil los proyectos no permiten adquirir todos los aprendizajes necesarios para el paso a Secundaria y de esto muchos docentes han mostrado queja durante las jornadas.

Cuarto, si bien la pedagogía por proyectos despierta y potencia la educación emocional de los individuos, esta praxis no reducirá el flagrante fracaso escolar que sufre nuestro país. El trabajo por proyectos persigue más la educación social que una enseñanza real de contenidos, es decir, uno de los objetivos principales de esta educación es desarrollar la educación emocional del individuo a través de sus habilidades en grupo. Esta es una manera palpable de hacer mejorar al estudiante a nivel de habilidades sociales pero no en el dominio de todo el currículo básico de cada etapa. Algunos docentes han añadido que muchas habilidades sociales ya las adquieren los escolares en sus relaciones fuera de la escuela, en el patio o través de las TIC por Internet.

Quinto, para aplicar bien los proyectos hacen falta docentes doctos y expertos que dominen su especialidad, la didáctica de la misma y con mucho tiempo de dedicación y creación de sesiones nuevas. Para algunos esto resulta totalmente contradictorio puesto que se reducen contenidos a cambio de más horas de preparación de los proyectos. Dado el contexto de recortes, y para algunos profesores, trabajar más para enseñar menos no los parece demasiado sensato.

La pedagogía por proyectos no es de ninguna forma innovadora puesto que fue propuesta a inicios de siglo XX por John Dewey (1859-1952)

Sexto, la pedagogía por proyectos, de aplicarse universalmente en todos los centros escolares, no hará mejorar los resultados académicos del país. Sabemos que el tipo de centro, familias y alumnado pesa más en el aprendizaje que cualquier pedagogía que queramos aplicar. En centros exigentes con familias comprometidas, poseedoras de buenos recursos y que saben preocuparse por los hijos, más alumnos muy motivados y con entornos sociales atentos, cualquier didáctica con lógica alentadora puede funcionar. Es decir, no es la pedagogía por proyectos una praxis que se pueda aplicar universalmente con éxito asegurado puesto que lo que más pesa en los resultados escolares es la familia y la exigencia del currículo académico. Según las pruebas PISA queda claro que los países con buenos resultados son quienes mantienen un currículo exigente. Es decir, las naciones con contenidos escolares más estrictos obtienen mejores resultados en PISA que quienes no lo hacen. Universalizar los proyectos en todos los centros y en todas las áreas implicaría debilitar el currículo con el consecuente empeoramiento de los aprendizajes básicos de cada etapa.

Séptimo, la pedagogía por proyectos no es de ninguna forma innovadora puesto que fue propuesta a inicios de siglo XX por John Dewey (1859-1952) y llevada globalmente a las escuelas municipales de Nueva York donde fracasó en 1917. Simplemente los proyectos se cargaron el ascensor social de la escuela pública y las familias obreras salieron a manifestarse a la calle.

Octavo, para mejorar realmente la enseñanza hay que aumentar el nivel de exigencia, los currículos y la competencia lingüística en infantil y primaria para que los alumnos puedan alcanzar las fases educativas posteriores. En esto nos hacen falta doctos docentes expertos en sus especialidades y en la didáctica de las mismas. Sin esfuerzo escolar, sin docentes cultos, y sin un amplio dominio de vocabulario, ningún estudiante se acercará a su potencial heredado ni podrá asimilar fácilmente lo que la enseñanza le tiene que ofrecer.

El concepto de educación se debate entre el blanco y el negro separados por todo un corolario de grises

Noveno, la clase política alejada de la realidad escolar y con poca formación científica, confía demasiado en las innovaciones teóricas pensando que son una mejora, pero hay que recordar que cambiar no significa siempre avanzar, sólo significa modificar el sistema anterior. Por lo tanto es un error pensar que innovar es siempre correcto y que permanecer es malo. Hay que hacer evolucionar el sistema educativo, sí, pero mejorándolo con criterios reales, lógicos y científicos.

Y décimo, el concepto de educación se debate entre el blanco y el negro separados por todo un corolario de grises. En un extremo se defiende que la educación tiene que perseguir el control de las emociones y en el otro, la adquisición de conocimientos. Quizás la educación tendría que lograr la formación de personas tales que acontezcan individuos cívicos, buenos profesionales y con conocimientos reales para saber criticar las falacias. Todo ello para acontecer buenos educadores para las futuras generaciones.

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1 Comentario

  1. Buen artículo. Comparto los fundamentos expuestos y trabajo con pedagogía por proyectos
    Al final todos aprendemos fortalece el deseo de continuar en el perenne aprender . Nos hace mejor seres humanos

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