Lo que vemos no es siempre lo que obtenemos. De hecho, y contrariamente a la creencia popular, las personas con una visión ocular perfecta no perciben en realidad todo lo que acontece frente a ellos. El cerebro, simplemente, no lo permite. Lo hace para no sobrecargar nuestros sentidos y, de hecho, «amortigua» nuestra percepción, permitiéndonos registrar aquello que considera apropiado.
Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, aceptas el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Configurar y más información