Un equipo del CSIC, la Universitat Politècnica de València (UPV) y la Universidad de Columbia (EE.UU.) ha creado y probado en un modelo animal hologramas acústicos impresos en 3D para mejorar el tratamiento de enfermedades como el alzhéimer o el párkinson, entre otras. Su trabajo ha sido portada de la revista IEEE Transactions on Biomedical Engineering.
Tratar de manera temprana la inflamación periférica, es decir la que ocurre fuera del sistema nervioso, podría tener un efecto protector del cerebro en la esclerosis múltiple. Así lo sugiere un estudio argentino realizado en un modelo animal de esa enfermedad neurodegenerativa que afecta a tres millones de adultos jóvenes en todo el mundo y a más de 12.000 en nuestro país.
Un péptido desarrollado en Brasil puede unirse a la barrera que protege el sistema nervioso central y, de este modo, ayudar en la creación de nuevos análisis de diagnóstico del alzhéimer y del párkinson.
Cualquier medicamento aplicado contra enfermedades cerebrales debe enfrentar un escudo natural para poder llegar al cerebro: es la barrera hematoencefálica, una estructura de permeabilidad altamente selectiva que protege el sistema nervioso central contra sustancias potencialmente neurotóxicas presentes en la sangre.
La insalvable barrera hematoencefálica impide la entrada de microorganismos en nuestro cerebro, pero también la de medicamentos que podrían ayudar a tratar el párkinson, el alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas. Ahora un físico español y otros investigadores de la Universidad de Columbia (EE UU) han conseguido colocar esas sustancias en diminutas burbujas lipídicas de tal forma que se pueden liberar, mediante ultrasonidos, justo en el área cerebral donde se necesiten.
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