Mezclar alcohol con bebidas energéticas puede provocar una predisposición a conducir a pesar de tener las capacidades para hacerlo disminuidas. Así lo revela un estudio publicado por el International Journal of Neuropsychopharmacology, financiado por la Dirección General de Tráfico (DGT).
El consumo de bebidas energéticas se ha disparado en los últimos años y se ha hecho un hueco en los hábitos de los más jóvenes. Un estudio indica que el consumo de este tipo de combinado con el alcohol podría propiciar conductas de riesgo, como fumar, tomar grandes cantidades de alcohol en poco tiempo e ingerir sustancias adictivas (marihuana, anfetaminas, etc.), así como el riesgo de adicciones.
Un estudio analiza los efectos positivos y negativos de las bebidas energéticas en los deportistas. Aunque en principio estos vieron aumentado su rendimiento deportivo entre un 3% y un 7%, también apreciaron un aumento de la frecuencia de insomnio, nerviosismo y el nivel de activación en las horas siguientes a la competición.
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