Los cometas son cuerpos helados que pierden polvo y gas a medida que se acercan al Sol, por lo que se van degradando con el tiempo. Entender los procesos de erosión que se dan en el núcleo del cometa y saber cómo modifican su forma global ayuda a conocer la evolución y la estructura interna de estos objetos y, por tanto, las condiciones en las que comenzó a formarse nuestro Sistema Solar.
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