Un estudio publicado en The Lancet concluye que la dieta mediterránea previene la recurrencia de eventos cardiovasculares frente a una dieta baja en grasa. La dieta mediterránea fue superior a la dieta baja en grasas en la prevención de infarto de miocardio, revascularización, accidente cerebrovascular isquémico, enfermedad arterial periférica y muerte de origen cardiovascular.
La ingesta de alimentos ricos en vitamina E retrasa el envejecimiento de nuestras células y tejidos, así como de nuestros órganos vitales. Aceite de oliva virgen, pescado, verduras, frutos secos, huevos y cereales integrales son alimentos con vitamina E que permiten retrasar el envejecimiento de nuestras células.
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