Según medios norcoreanos, el 6 de enero de 2016 el hermético Estado norcoreano detonó bajo tierra una bomba de hidrógeno. Sin embargo, los datos facilitados por el satélite Sentinel-1A de la UE apuntan a que podría no haber sido una explosión termonuclear, como asegura Corea del Norte. Los investigadores ven muchas características comunes a las de la prueba de 2013, que según fuentes científicas bien pudo ser la detonación de una bomba convencional diseñada a propósito para aparentar ser una prueba nuclear.
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