Una reciente investigación ha demostrado que la hormona prolactina y los lactógenos placentarios, hormonas parecidas a la prolactina producidas por la placenta, actúan sobre el cerebro femenino durante la gestación provocando cambios en el comportamiento y en la función mental de las madres, entre ellas, la agresividad o la motivación para cuidar a las crías.
Investigadores de la Universitat Jaume I han desarrollado un modelo que representa un importante avance hacia el conocimiento de los mecanismos cerebrales que desencadenan la agresividad. El modelo constituye una estrategia innovadora que permite analizar la zona cerebral conocida como «el cerebro socio-sexual».
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