Un nuevo estudio vuelve a ensalzar las bondades de la dieta mediterránea. En esta ocasión, el trabajo, liderado por investigadores españoles, sostiene que mantener una dieta mediterránea complementada con aceite de oliva y frutos secos interviene en la reversión del síndrome metabólico.
El consumo de alimentos ricos en polifenoles, como el vino tinto o las semillas, podría estar relacionado con un riesgo de mortalidad más bajo, según un estudio de la UB. Un segundo trabajo constata cómo el consumo de aceite de oliva virgen extra podría reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares en personas con alto riesgo de padecer este tipo de dolencias.
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