Una investigación del Grupo de Comunicación Intercelular de la Facultad de Biología y del Instituto de Neurociencias de la UB (UBNeuro), liderado por el catedrático Fernando Aguado, ha descubierto unas moléculas en el líquido cefalorraquídeo de pacientes de alzhéimer que pueden ser un potencial biomarcador del daño en las sinapsis, la estructura que permite la comunicación entre las neuronas.
Un artículo describe por primera vez una vía del sistema nervioso central para expulsar sustancias de desecho de origen cerebral mediante la formación de cuerpos amiláceos (CA), unos agregados constituidos por polímeros de glucosa que engloban productos residuales.
Están en contacto con el líquido cefalorraquídeo, se descubrieron hace 100 años, pero su función sigue siendo un misterio. Ahora, un trabajo liderado por científicos del Instituto Leloir y del CONICET arroja luz sobre su formación.
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