La fauna estudiada más antigua de roedores que habitaron la Península Ibérica hace entre doce y cinco millones de años se tuvo que desplazar progresivamente hacia el norte en busca de ambientes húmedos para sobrevivir al enfriamiento y a la aridez provocados por los cambios climáticos, según una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Un equipo con participación del CSIC ha reconstruido los cambios ambientales y climáticos que se produjeron en la Península Ibérica desde el Mioceno final hasta el Pleistoceno medio (hace entre 11 y 0,8 millones de años).
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