Identificar al primer paciente que contrajo la enfermedad producida por el coronavirus SARS-CoV-2 en China es fundamental para averiguar su origen. También se está haciendo en otros países, una tarea en la que los epidemiólogos se convierten en verdaderos detectives.
El SARS-CoV-2 no ha sido fruto de una manipulación contra las grandes economías gestada en un laboratorio. Los científicos ya han comprobado que se originó por procesos naturales y probablemente se transmitió a las personas desde los murciélagos pasando por diferentes especies.
Científicos demuestran que los genes reparadores del ADN de los murciélagos podrían ser la clave para entender el proceso de envejecimiento. Los investigadores estudian los mecanismos genéticos que han desarrollado los murciélagos de la especie "Myotis", los más longevos que existen, para darles una esperanza de vida larga. Los descubrimiento pueden ayudar a detener el envejecimiento y paliar las enfermedades relacionadas con la edad en los seres humanos, como el cáncer.
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