Los niños obesos tienen alteraciones biomecánicas similares a las de adultos con dolor crónico de espalda o artritis de rodilla avanzada. Investigadores de la UGR realizan una revisión sistemática de toda la literatura científica publicada hasta la fecha sobre esas alteraciones.
Comparan por primera vez mediante un sistema fotoeléctrico, la forma de andar entre niños sanos y obesos. Los científicos apuntan que se produce un balanceo distinto en las fases de la marcha, lo que implica emplear más energía y fuerza. Estas diferencias suponen un riesgo para el correcto crecimiento.
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