Los nuevos bosques, que crecen en las tierras abandonadas por el éxodo rural, son capaces de secuestrar más CO2 de la atmósfera. Este efecto podría ser temporal porque su madera es menos densa y esto los hace más vulnerables a los eventos climáticos extremos.
Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, aceptas el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Configurar y más información