Hace unos 36 millones de años las corrientes de fondo por el Atlántico circulan ya con gran profusión provocando una gran expansión de los glaciares por la Antártida. Quizás aquel contexto tuvo relación con una gran extinción de organismos marinos.
Después de la crisis de finales del Cretáceo el clima se recuperó bajo condiciones parecidas. Es decir, y durante los 43 millones de años del Paleógeno, la meteorología devino bastante similar a la del Cretáceo. Los polos siguieron, inicialmente, sin glaciares, y las franjas tropicales dominaron gran parte del planeta.
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