La fosfina encontrada en el planeta no debería ser estable en su atmósfera, donde se oxidaría rápidamente a menos que, como en la Tierra, haya un suministro nuevo constante. Entonces, ¿por qué los autores del estudio la buscaban en un entorno tan poco prometedor? ¿Están seguros de haberla encontrado?
Muestras tomadas en Pescadero (Santander) y Villa de Leyva (Boyacá) podrían ser estudiadas y comparadas con las de otros planetas para establecer la existencia de vida extraterrestre a partir de microorganismos que sobreviven en condiciones extremas.
La humanidad lleva más de 40 años empeñada en conseguir lo que, hasta ahora, es solo ciencia ficción: demostrar que fuera del planeta Tierra existen otros que reúnen las condiciones necesarias para que la vida surja y se desarrolle en cualquier estadio: desde la mínima bacteria hasta especies con una inteligencia igual o más desarrollada que la del hombre. El profesor de la UAH Javier Rodríguez-Pacheco, opina que la próxima década será crucial en la ‘exploración de búsqueda de vida extraterrestre’.
Investigadores de la Unión Europea han propuesto varias estrategias de calibración pioneras para detectar planetas habitables situados fuera del sistema solar y ya han obtenido resultados sorprendentes.
Nuestro planeta, la Tierra, no es una representación precisa de otros planetas con seres vivos, y la humanidad no es un reflejo preciso de especies inteligentes. Esta es la principal conclusión de un estudio firmado por el investigador Fergus Simpson, (ICCUB, IEEC-UB). Mediante un cálculo estadístico, Simpson estima que la mayoría de especies extraterrestres conscientes pesan más de 300 kg, una masa similar a la de un oso polar adulto.
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