El primer submarino de propulsión nuclear de la historia
Tal día como hoy… 21 de enero de 1954, tuvo lugar en Connecticut (EEUU) la botadura oficial del USS Nautilus (SSN-571)
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La misión más conocida del USS Nautilus la realizó en 1958, al atravesar por primera vez el casquete polar ártico. Pesaba 3.000 toneladas y desplazaba en inmersión hasta 4.000, medía 91 metros de eslora, 8,5 de manga y 7,9 de calado; disponía de una autonomía de hasta 140.000 km. y alcanzaba una velocidad de crucero de 23 nudos (≈42,5 km/h).
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CV / En 1957, alcanzó la distancia en inmersión de 60.000 millas, el equivalente a las 20.000 leguas que recorrió su homónimo literario en la novela de Julio Verne. Fue retirado del servicio en 1980. Tras la correspondiente adaptación, en 1985 fue convertido en museo. Puede visitarse en el museo naval de la Armada en Groton, Connecticut.
Fue retirado del servicio en 1980. Tras la correspondiente adaptación, en 1985 fue convertido en museo. Puede visitarse en el museo naval de la Armada en Groton, Connecticut
Navegar entre dos aguas como los peces había sido como volar, un sueño al que la humanidad dedicó sus esfuerzos desde tiempos inmemoriales. En realidad, era algo teóricamente posible y explicable desde que Arquímedes había enunciado su famoso principio en el siglo III a.C. El problema era cómo llevarlo a la práctica.
El propio USS Nautilus (SSN-571) llevó tal nombre en homenaje al «Nautilus» que Julio Verne inmortalizó en ‘20.000 leguas de viaje submarino’ (1869/1871). A su vez, Verne extrajo dicho nombre del que había construido Fulton hacia el 1800, propulsado a remo/pedal. Mención especial merece el CSS Hunley -12m de eslora por 1,15 de manga-, otro submarino a pedales utilizado por la Confederación durante la guerra de secesión (1861/65); se hundió cerca de Charleston en 1864 y fue reflotado en el año 2000… con los restos de sus tripulantes a bordo. También la Unión, en esta misma guerra, construyó el USS Alligator, propulsado por una hélice movida manualmente por una manivela.
Tres siglos antes, el ingeniero español Jerónimo de Ayanz (1553-1613), de quien se sabe que patentó también una máquina de vapor, construyó un submarino en el 1600, del cual se ignoran sus características. Veinte años después, en 1620, Cornelius Jacobszoon Drebbel, probaba en el Támesis un submarino propulsado por remos que, al parecer, consistía en una campana de aire remolcada por una barca. En 1859, Narciso Monturiol botaba el «Ictíneo», también a propulsión humana, en el puerto de Barcelona. Un año más tarde, Cosme García construía, también en Barcelona, el «Garcibuzo», movido por un molino propulsado a mano, que botó en Alicante.
Navegar entre dos aguas como los peces había sido como volar, un sueño al que la humanidad dedicó sus esfuerzos desde tiempos inmemoriales
El primer submarino que puede ser considerado como tal, no propulsado por fuerza humana ya fuera mediante remos, pedales o manivelas, fue el «Ictíneo II», construido por Monturiol en 1864. Estaba propulsado por combustión interna a vapor.
Tras el «Ictíneo II», que ante el desinterés de las autoridades fue a parar al desguace, Isaac Peral construyó en 1888 el primer submarino -que llevó su nombre- propulsado por combustión eléctrica y con capacidad para lanzar torpedos. En España, ninguno de estos dos proyectos pioneros, mereció más atención que la meramente propagandística, para que los políticos y autoridades de turno «se hicieran la foto», que diríamos hoy.
Y de ahí al USS Nautilus (SSN-571) a propulsión nuclear, cuya efeméride se conmemora hoy.
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