Entrevista a Vicente Carbona, escritor y periodista

Carbona: «Un tipo duro no tiene por qué ser necesariamente insensible«

Vicente Carbona arroja luz en Línea  Roja

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Por: Eva Serra e.serra@catalunyavanguardista.com

Vicente Carbona residió 33 años en Boston, USA, donde trabajó como especialista de información pública para el gobierno del Estado de Massachusetts. Está licenciado en Política y Relaciones Internacionales por la Boston University. Redactor, editor, bloguero y diseñador gráfico, es además columnista y colaborador en El Boletín, semanario financiero en Valencia.

El escritor y periodista, Vicente Carbona.

Su reciente novela, Línea Roja (Ediciones i), combina elementos de actualidad político-social en distintos escenarios que pasan por Valencia, Marruecos, el Sáhara o Madrid. Sus protagonistas, Max y Malek, son dos guerreros de élite, expertos en misiones de seguridad tras haberse aleccionado en operativos militares de alto nivel de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad de la OTAN.

Terminus es la agencia privada para la cual trabajan ahora y desde donde parte una acción trepidante centrada en el secuestro de dos cooperantes españoles en Marruecos, adelantándose con ello a lo que, poco más tarde, sería realidad. Un relato que más allá de la resolución de un conflicto inteligentemente orquestado, permite reflexionar sobre trasfondos tan demodé como la coherencia con los valores universales o el romanticismo que toda mujer quisiera encontrar en un hombre.

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¿Cómo se gestaron las personalidades de Max y Malek?

Surgen de una combinación de individuos que he conocido a lo largo de mi vida, gente proveniente de distintas culturas y etnias, pero unidas en lo básico a través de la amistad, la convivencia, y un buen sentido del humor.

La pareja de detectives combina la dureza de la preparación militar con la sensibilidad que por ejemplo, demuestran a sus parejas. ¿Cree que su novela rompe un poco con el roll habitual del tipo duro e insensible? ¿Es esta una característica del nuevo héroe?

Pienso que un tipo duro no tiene por qué ser necesariamente insensible. Una persona realmente autosuficiente no busca oprimir a nadie, todo lo contrario. Con Max y Malek quise alejarme de los típicos roles de héroes y antihéroes prevalentes en el género, muchos demasiado predecibles, e intentar describir a dos personajes que tienen las cosas muy claras, sin pensamiento blando, sin imposturas.

Son también personajes muy reales que fuman, beben alcohol y son ateos, al mismo tiempo que matan por valores universales como la lealtad, el valor de la amistad, el respeto al amor o la lucha por preservar la moral. ¿No rompe eso un poco también con los clichés habituales?

La normalidad de los personajes es fundamental. Cualquier persona que tiene un sólido sentido de autoestima tenderá a respetar esos valores universales que mencionas, y, si resulta que es un tipo duro en ese sentido, se verá impulsado a defender cosas básicas como la fidelidad, el amor, la libertad. Pero sin necesidad de pregonarlo desde lo alto de un monte o de ponerse medallitas.

Portada del libro.

La gastronomía y la música también los convierte en personajes de carne y hueso a través de sus gustos y sensibilidades. ¿Se trata de un recurso para comprender sus respectivas personalidades?

Sin duda. Cada individuo se comunica con los demás a través de los memes culturales que lo definen y que demuestran su capacidad para encajar y destacar al mismo tiempo. Es lo que los hace únicos, irrepetibles.

Las mujeres de esta historia son a priori retratos de chicas sexys y un tanto superficiales pero según se resuelve adquieren una personalidad mucho más profunda e inteligente. ¿Ha pretendido con ello desmontar el mito de la femme fatale de la novela policíaca?

Es que al tipo de personajes que Max y Malek representan no les interesa perder el tiempo con femmes fatales, así de claro. No son tipos que se dejan llevar ni por la bragueta ni por el poder. Exigen seriedad y solidez en todo momento sin importarles el sexo o la situación social de su interlocutor. En esto también se alejan de los clichés tradicionales.

Valencia adquiere en esta novela una visión muy cosmopolita a través de sus locales de copas, sus calles y restaurantes y una descriptiva atmósfera de la ciudad que atrae al lector. ¿Es esta la Valencia de hoy?

Es un poco la Valencia que debería apreciarse más: una urbe creativa, boyante, abierta. Esa atmósfera existe a pesar de los evidentes problemas actuales, y ofrece un excelente trasfondo para la acción y las relaciones interpersonales.

En Línea Roja, el relato de los hechos es muy real, de actualidad y con un marcado trasfondo político-social. ¿Hasta dónde la situación que describe en el Sáhara Occidental y sobre el Frente Polisario puede ser descriptiva de lo que allí sucede? ¿Se trata de un trabajo de documentación?

La documentación ha sido fundamental para crear una intensa sensación de credibilidad, para que el lector se pueda identificar plenamente con los sucesos y las interacciones de los personajes. Los parámetros político-sociales están ahí, se han visto reflejados en sucesos reales posteriores (y anteriores), y dan a la acción un toque realista muy importante en un thriller.

¿El papel puente que desarrolla la ONG Justicia y Hermandad o la Brigada Bou Hamara son indicativos de una realidad sumergida?

Ahí no creo haber desvelado ningún gran secreto. Hay organizaciones de bona fide y otras con agendas ocultas. Los grupos criminales son malvadamente creativos, y siempre hay que estar alerta. Es indeseable llegar a conclusiones sin abundante documentación. Error que Malek y Max nunca cometerían.

El desenlace de esta historia permite comprender hasta dónde la globalización también facilita escenarios de delincuencia social y corrupción política. ¿Una descripción de la realidad?

Aunque el desenlace sorprenderá a muchos lectores, estas cosas suceden todos los días en un mundo globalizado, y la violencia, el crimen organizado y la corrupción política, aquí o en cualquier sitio, son problemas muy graves y muy reales.

El uso de nuevas tecnologías está presente en las acciones de Terminus. ¿Hubiera sido posible un final parecido sin Google Earth, los Ipods, el correo electrónico encriptado o la robótica?

La tecnología evoluciona a la velocidad de la Ley de Moore, y para salir victorioso de un enfrentamiento armado a vida o muerte tienes que estar siempre preparado y adaptarte constantemente a la realidad. Los últimos gadgets tecnológicos a menudo son la clave para garantizar un resultado óptimo.

Sé que ya se lo han preguntado pero, ¿continuará la saga de Max y Malek con nuevas historias?

La saga continúa. Max y Malek ya han descansado adecuadamente de su aventura en el Sáhara, y han aceptado un nuevo reto. No estoy autorizado para revelar más, de momento.

Muchas gracias.

2 Comentarios

  1. Bravo, Vicente, por tocar temas de tanta actualidad en tu novela. La espero con gran interés. besos.

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