
Wozzeck es una poderosa metáfora sobre la condición humana: una propuesta extraordinaria que aglutina a Matthias Goerne como protagonista descomunal; Josep Pons, inspirado director en este repertorio, y una puesta en escena firmada por el artista plástico sudafricano William Kentridge.
La producción, procedente del Festival de Salzburgo, es un ejemplo de obra de arte total elaborada y sublime llena de los códigos propios de Kentridge: proyecciones, dibujos al carboncillo, crítica desde el absurdo, escenarios centrados en Johannesburgo… todo para subrayar la deshumanización creciente que asola la existencia de Wozzeck.
Wozzeck no es otro que un soldado con una existencia cotidiana de miseria y alineación que sucumbe humillado ante las duras leyes de la explotación y el abuso
Wozzeck no es otro que un soldado con una existencia cotidiana de miseria y alineación que sucumbe humillado ante las duras leyes de la explotación y el abuso. Víctima de la crueldad de los experimentos del médico militar y obligado por su capitán a realizar los trabajos más serviles, Wozzeck es un individuo reducido a objeto, propiedad de la clase dominante.
Para él, el hogar con Marie, su amante, y el hijo en común son su paraíso, pero cuando la mujer le traiciona con el Tambor Mayor se activa una espiral de ira y celos autodestructivos: una guerra contra el mundo, pero también interna y mental. A través de ellos, la obra evoca la brutalidad y la desesperanza de una sociedad devastada por los horrores bélicos de la Primera Guerra Mundial.
En mayo de 1914, el compositor austríaco Alban Berg asistió a la primera representación teatral de Woyzeck, un drama inconcluso del escritor alemán Georg Büchner. Impactado por la historia, el músico decidió convertirla en ópera integrando en el argumento su experiencia como trabajador del Ministerio de Guerra.
El estreno de la ópera tuvo lugar en diciembre de 1924 en la Ópera Estatal de Berlín y rápidamente logró un gran éxito. Wozzeck es considerada una obra maestra de la Escuela de Viena
El estreno de la ópera tuvo lugar en diciembre de 1924 en la Ópera Estatal de Berlín y rápidamente logró un gran éxito. Wozzeck es considerada una obra maestra de la Escuela de Viena por su poderosa fusión entre música y drama. Es también un grito de protesta universal cuya dimensión trágica supera la literalidad de la historia y que habla de elementos tan inherentes a la condición humana como la vida, el amor, el deseo y la muerte.
El Gran Teatre del Liceu dedica las funciones de Wozzeck a la memoria de la mezzosoprano Teresa Berganza, traspasada el pasado día 13. El precio de las entradas oscila entre 14 y 229 euros y se puede comprar de forma anticipada en este enlace.